Arganda del Rey Escudo de medio punto. Partido y medio cortado. 1º en campo de azur, un San Juan Bautista de oro , pelo y cruz de sable y estandarte de plata. 2º en campo de gules, un castillo de oro, torreado, donjonado, almenado, mazonado de sable y aclarado de azur, 3º de plata, un racimo de sinople. Timbrado Corona Real cerrada. Arganda del Rey es un municipio de la Comunidad de Madrid, en la zona central de España.
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Tren de Arganda (año 1926)
Este tren, dio origen al dicho popular: "El tren de Arganda que pita más que anda"
Edad Antigua
La estratégica situación de Arganda como camino al Mediterráneo desde Madrid ha hecho de esta población a lo largo del tiempo un lugar apetecible y espectador de lujo de varios capítulos históricos, donde se han asentado varias civilizaciones en su larga historia.
La primera presencia en la zona corresponde con la llegada de los celtas, dedicados al cultivo de cereales y a la cría de animales. Sin embargo, ni estos, ni los siguientes pobladores, los romanos, fundaron un asentamiento definitivo.
Hacia el 1000 a. C., los pueblos centroeuropeos entran por los pirineos, mezclándose con la población autóctona. Todo hace indicar que los que se asentaron en la zona actual de Arganda eligieron Vilches, ya que estos solían ubicarse cerca a los valles o ríos.
Los romanos se hicieron con el control de esa zona en el 78 a. C. al mando de Sertorio. El desarrollo comercial se vio desarrollado con la construcción de calzadas.
Edad Media
El primer asentamiento no se produjo hasta la llegada de los árabes, quienes dejaron la base de un núcleo de población y que sería consolidado en la Reconquista. En el siglo xi Arganda es conquistada por Castilla, pero no expande su población de manera notable hasta el siglo xiv. Aunque el hecho no está contrastado, se dice que esta expansión se debió al abandono de sus tierras de los vecinos de Valtierra y Vilches debido a una invasión de termitas. La mayoría de los historiadores cree más probable que esa migración se debiera a la Peste Negra (1348).
Edad Moderna
La consolidación de Arganda llega con la Edad Moderna. Esta migración dio al pueblo otra dimensión, creció más, el pueblo descendió del cerro al llano y aparecieron nuevas calles.
Hasta finales de 1580 Arganda pertenece al Arzobispado de Toledo. Felipe II otorga el título de Villa a la población, pero los problemas económicos del municipio hacen que sea vendido al duque de Lerma en 1613. El pueblo se rebela en la toma de posesión en lo que se conoce como el Motín de Arganda.
En 1650, al morir su nieto sin dejar hijos varones, Arganda volvió a ser villa de realengo. Anteriormente en 1594 se había comenzado a construir la Casa del Rey. Fue mandada construir por el embajador de Alemania, Hans Khevenhüller, quien tenía buena relación con la Corte de Felipe II.
En 1658 comenzó a construirse la Ermita de la Soledad y finalizó en 1668. Se amplió y renovó entre 1733 y 1736. Llegada la segunda mitad del siglo xvii, la Compañía de Jesús se establece en Arganda. Esto se prolongó hasta 1764, cuando se vieron obligados a abandonar Arganda debido a que sus propiedades, la ganadería y el vino, estaban exentas de impuestos. Esto no gustó a los responsables de la recaudación fiscal y tuvo como consecuencia la marcha de los jesuitas de la ciudad. La comercialización del vino se centra en unos pocos propietarios que ejercen el control político y económico de la villa a partir del siglo XIX.
Siglo XIX
El siglo xix es un período de esplendor, de crecimiento económico que propicia mejoras en el municipio, aunque no sin antes tener su protagonismo en la Guerra de la Independencia Española. La población padeció acciones genéricas de pillaje de la mano de la división del mariscal Claude Víctor Perrin.
Otro de los episodios más relevantes en la población fue el incendio que sufrió la Ermita de la Soledad, desapareciendo la talla de la patrona, la Virgen de la Soledad, de Gaspar Becerra, que un año después, el 24 de junio de 1810, sería reemplazada por la actual imagen del escultor José Ginés.
En 1821 se construyó el puente sobre el río Jarama. Si bien ya durante la fase de proyección del mismo se advirtió de que su estructura de madera era endeble, la construcción siguió adelante, y pocos meses después de la inauguración el puente se derrumbó. Hasta 1843 no se construiría un nuevo puente, esta vez de hierro, y que perduró hasta finales de siglo cuando fue sustituido por una estructura más robusta. La construcción de este puente metálico permitió el paso del ferrocarril y trajo el desarrollo industrial a la ciudad.
Siglo XX
Superado esto, el crecimiento económico pronto se pone de manifiesto. El municipio de Arganda crece gracias a su industria vinícola y la mejora en la red de transportes. En 1886 se abrió al tráfico una línea férrea de vía estrecha que enlazaba con Madrid, la que se luego se articularía como el ferrocarril del Tajuña. El ferrocarril contaba con una estación propia en el municipio de Arganda del Rey, que disponía de importantes instalaciones. Este ferrocarril no tardó articularse como una de las principales vías de comunicación de la zona para viajeros y mercancías de todo tipo, situación que se mantuvo hasta el declive de esta línea férrea en la década de 1950.
A comienzos del siglo XX se fundó en el municipio una fábrica azucarera —situada en la zona de La Poveda— que daría inició un proceso de industrialización y de una gran expansión demográfica. Los trabajadores de la azucarera apoyarían al advenimiento de la Segunda República y la población sería testigo de excepción en la Guerra Civil Española con la batalla del Jarama.
La defensa del puente de Arganda fue de relevante importancia en la batalla del Jarama, su defensa se había convertido en un emblema, y allí se produjeron los más duros enfrentamientos, llegando incluso al cuerpo a cuerpo entre los días 6 y 9 de febrero de 1937.
En los años 1960 se inicia otra explosión demográfica amparada por el constante crecimiento del polígono industrial pasando de 6000 habitantes en 1960 a 22 000 habitantes en 1981, en su mayor parte por la inmigración de origen andaluz y extremeño —a los que los originarios de la localidad les dieron la despectiva denominación de «mangurrinos»—,[cita requerida]14 y más recientemente con la acogida de nueva población inmigrante, esta vez mayoritariamente perteneciente a la comunidad rumana, llegando a tener más de 50000 habitantes en la actualidad. En 1996 el municipio cambió de nombre, pasando a denominarse Arganda del Rey, hasta entonces era solo Arganda.
Durante el siglo XXI la población y la economía han crecido de la mano y a pasos agigantados. Hace mucho que Arganda dejó de ser una pequeña villa para convertirse en lo que es hoy, una moderna ciudad en la Comunidad de Madrid.
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