Escudo cuadrilongo de base redondeada, Terciado en faja. Primer cuartel. en campo de oro una flor de Lis en azur. Segundo cuartel: (Faja) Jaquelado de gules y plata. Y tercer cuartel: campo de oro. El todo ornado y coronado con la de conde en oro y pedrería.
Pezuela de las Torres es un municipio español de la Comunidad de Madrid, limítrofe con la provincia de Guadalajara, localizada en la comarca natural de la Alcarria de Alcalá.
Población en 2021: 927 habitantes.
Si bien se cree que los primeros asentamientos galopos podrían haber sido de origen musulmán, la historia de Pezuela comienza con la reconquista cristiana de la antigua Complutum (Alkal'a Nahar, en 1118).
En 1118 Bernardo de Cluny, por aquel entonces arzobispo de Toledo, lideró la toma de Alcalá en nombre de Alfonso VII. Esta gesta hizo que el rey concediese al arzobispado de Toledo la jurisdicción eclesiástica y política de todo Alcalá y su alfoz en 1129. De entre las aldeas del alfoz alcalaíno se encontraba Pezuela, que también pasaba a ser un señorío eclesiástico toledano. Más tarde el sucesor de Bernardo de Cluny, Raimundo de Sauvetat, otorgó en 1135 a Alcalá un fuero que se extendió a todos los pueblos de alrededor, incluido Pezuela. Durante unos años pasó a la jurisdicción de Segovia, por donación real, en pago de servicios recibidos por los segovianos; solo para retornar tiempo después a dominio toledano. En 1393, la epidemia de peste que asolaba Europa diezmó la población, llevando a sus pobladores a encomendarse a Ntra. Señora de la Asunción y a San Benito. De esta manera nace la romería de San Benito que conocemos hoy en día.
Ya en el siglo XVI, el cardenal Cisneros emprende diversas reformas. Entre las más loables se encuentran el Fuero Nuevo de Alcalá y su Tierra (1509) y la creación de la Universidad de Alcalá de Henares. A tal efecto, Pezuela contribuyó con el pago de 8.000 maravedíes para la formación de dicha institución. Posteriormente, en 1554, los vecinos compraban su independencia de la jurisdicción toledana. Con el pago de 1.417.000 maravedíes el emperador Carlos I convertía en villa a Pezuela, dotándola de jurisdicción propia. Como prueba del nuevo estatus se mandó construir la Picota, símbolo del autogobierno de la villa para advertir a los que pasaran por ella. No obstante, a pesar del pago, el concejo de Alcalá trató de seguir ejerciendo su jurisdicción en Pezuela. Hicieron falta hasta treinta y cinco pleitos ante la Chancillería de Valladolid para confirmar la categoría de villa independiente que los galopos habían adquirido.
En 1574, Felipe II alegando problemas financieros consigue del papa Gregorio XIII una bula para vender las villas de su corona. Al igual que muchas otras, pese al esfuerzo para conseguir dicho título, fueron vendidas. Finalmente, Pezuela fue vendida en 1579 a Alonso Enríquez, natural de Cuenca, por 5.184.000 maravedíes.
Las Relaciones Topográficas de Felipe II - año 1576 - relatan que Pezuela fue una de las aldeas del alfoz de Alcalá de Henares y que ahora debía ser a efectos políticos independiente de esta, aunque se describe también que se continuaban mandando "justicias" desde Alcalá para hacer valer su propio fuero.
En cuanto al siglo XVII, destaca el hecho de que hubo hasta tres galopos que emigraron a América: Pedro Gómez de Velasco y Agustín Arigón, como criados; y Martín Manchón, como encomendador. Otro colono natural de Pezuela sería Pedro Ruiz, que emigraría al Perú ya en 1721.
Cerca de 1610 surge un grupo de banqueros genoveses en Madrid que acabaría por dominar las finanzas castellanas hasta 1640. De entre estos banqueros, debemos recordar a Bartolomeo (Bartolomé) Spínola, nacido en Génova en 1587. Llegado a la Corte hispánica a los veinte años, pronto se convirtió en uno de los principales proveedores de crédito de la Corona. Es a él a quien en 1641 se venda la villa de Pezuela. Asimismo, también a él se le debe su nombre actual, pues "de las Torres" fue una adición del propio Bartolomé en 1642. Sin embargo, esa fue la única aportación otorgada por los Spínola, ya que el resto de su mandato como condes fue no solo nefasto, sino corrupto y abusivo. En repetidas ocasiones, los sucesores de Bartolomé Spínola utilizarán sus privilegios sobre el cobro de impuestos en Pezuela para saldar sus deudas a costa de empobrecer injustamente a los galopos. Las citadas deudas llevarían a los condes de Pezuela a vender la villa a Luis de Rozas, marqués de Villamonte, en 1703.
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