Escudo cuadrilongo de base redondeada. Partido. Primero wn campo de plata, una espada flamígera de gules; segundo de azur, jarrón de oro con tres azucenas de su color; la punta de ondas de plata y azur. Al timbre Corona Real Española
Pinilla del Valle es un municipio y localidad española de la Comunidad de Madrid. Se sitúa en el valle del Lozoya, en la zona noroeste de la provincia, y tiene una población de 196 habitantes (INE 2021). El término municipal, que se encuentra entre los de Alameda del Valle y Lozoya, es una estrecha franja que atraviesa el valle desde el cordal que divide las provincias de Madrid y Segovia hasta la Cuerda Larga.
AyuntamientoEn la cueva de Pinilla se han encontrado vestigios arqueológicos del Paleolítico y de la Edad de Bronce. El conocido como yacimiento de Calvero de la Higuera, junto al de Navalmaíllo y al de la cueva de la Buena Pinta están permitiendo conocer mejor el poblamiento neandertal en la Península ibérica. Cada verano se abre al público el recinto para presenciar las labores de excavación, codirigidas por Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez. La mayoría de los restos arqueológicos encontrados se exponen actualmente en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares.
Su poblamiento definitivo, no obstante, comienza en la Edad Media a raíz de la reconquista por parte de los reyes de Castilla del valle de Lozoya. Históricamente, en 1119, casi la totalidad de la Sierra Norte fue adscrita a la Villa de Buitrago. Posteriormente, Pinilla del Valle fue integrada en el Sexmo de Lozoya que junto a todo el Valle del Lozoya perteneció a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. En cuanto al poblamiento hay muy poca documentación de esta época. Debió realizarse por caballeros segovianos y estar culminado en el siglo XIV. El primer documento oficial en que se menciona a Pinilla del Valle es el Catastro de Ensenada de 1750. Allí se le caracteriza como realengo perteneciente a Segovia y una población de 70 vecinos. En el siglo XIX, en 1833, se culmina el proceso de nueva división provincial y judicial del territorio nacional. Los pueblos de El Valle, hasta entonces pertenecientes y estrechamente vinculados a Segovia, son adscritos a la provincia de Madrid. Es en el primer tercio del siglo XX cuando aparecen nuevas edificaciones en el casco, con características diferentes a las tradicionales, respondiendo a modelos arquitectónicos más urbanos. El número de habitantes aumenta ligeramente hasta la mitad del siglo para empezar a descender, en un éxodo constante, en un proceso que no se detiene hasta los años 80.
En el segundo tercio del siglo XX, tras la sequía de 1964 que obligó a imponer restricciones de agua a Madrid, el Gobierno decidió tomar el asunto del suministro de agua a la capital como una cuestión de estado. Retomando un proyecto anterior, se diseñó una presa junto al pueblo de Pinilla del Valle que retuviese las aguas del río Lozoya en la parte alta del valle, donde las precipitaciones son más abundantes y regulares.
La ejecución de esta presa de cabecera, que por las condiciones del terreno y relativa cerrada del valle aconsejaba el tipo de presa de gravedad, no presentaba ninguna dificultad y ponía su caudal regulado a disposición inmediata de los canales de conducción, al ingresar en el nudo de Torrelaguna, donde se podía conducir por cualquiera de los tres canales (Alto, Bajo y de El Atazar), asegurando un incremento de caudal regulado del orden de 1 m³/s.
Esta presa podía ser además, una pieza importante de un aprovechamiento hidroeléctrico, derivando su caudal, en lugar de por el río Lozoya, por un canal lateral hasta el arroyo de Canencia, donde podía establecerse un salto de agua para aprovechar el nivel ganado por el canal en relación al río, y verter a éste para su posterior ingreso en el embalse de Riosequillo.
Otra ventaja añadida fue que, al formar una cadena con los restantes embalses del Lozoya, se mejoraba la autodepuración de las aguas y regulación de las mismas como embalse de cabecera del sistema.
La altura del embalse estuvo determinada por la presencia de los núcleos habitados de Pinilla del Valle y Lozoya. Es por ello que se fijó una cota máxima de 1090 msnm, con la que no obstante fueron anegados doce edificios.
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