Pozuelo de Alarcón (Madrid)


Escudo cuadrilongo de base redondeada. Partido. En el primer cuartel, en campo de azur, un monte de oro sumado de una castillo de oro, almenado, mazonado de sable, aclarado de gules. En el segundo cuartel de gules, una cruz flordelisada y hueca, de oro. Bordura de gules y ocho aspas, de oro. Timbrado, con Corona Real, cerrada.;
Pozuelo de Alarcón es una ciudad y municipio español perteneciente a la Comunidad de Madrid, situado en el área metropolitana, al oeste de la capital. 
Superficie 43,2 km²
Población 87 134 hab. (2021)


Iglesia de la Asunción

Centro Cultural






Ermita de San Gregorio

Santuario de Ntra Señora de Schoenstatt.




Estudios de Radio Televisión Española en Prado del Rey

Casa consistorial


Las investigaciones del profesor y arqueólogo José Pérez de Barradas sobre la composición geológica del terreno del municipio en el año 1923 aportaron los hallazgos más antiguos de vida humana. En un arroyo paralelo a la Cañada de la Carrera, antes de su desembocadura en el arroyo de Meaques, al suroeste del actual término municipal, se encontró «una punta de hacha de sílex muy tosca y una lasca de cuarcita con aristas y bordes suavizados, que estimó podían proceder de los terrenos a través de los cuales se había abierto paso el arroyo»

El llamado paraje de los Meaques -o San Pedro de Meaque, nombre que recibió un antiguo despoblado así llamado por los arroyos que en él confluían, y cuyos pozos darían después origen al nombre de Pozuelo-5​6​ fue, aparentemente, escenario de los primeros asentamientos durante el Imperio romano. En concreto, y debido a su ubicación a medio camino entre Titulcia y Segovia, se especula con que en dichas tierras se habría construido la villa Miaccum, una mansión y casa de postas atribuida a tiempos del emperador Diocleciano (siglo III) y que aparece en el Itinerario de Antonino.​ Sin estar confirmada la situación de dicha población en el paraje, los estudios arqueológicos de Amador de los Ríos, Fuidio y Vitoria entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX encontraron «trozos de vasija y barro rojo de terra sigillata, así como de argamasa».

Los primeros registros escritos sobre asentamientos en el término municipal son posteriores a la reconquista de la ciudad de Madrid por Alfonso VI en el año 1085. El Fuero de Madrid de 1202 contiene una disposición (la LXVI) otorgada en el valle de Húmera en el año 1145 por Alfonso VII. Hasta principios del siglo XIII no se encontrará la primera mención expresa al nombre de Pozuelo; fruto de las disputas territoriales entre Madrid y Segovia, Alfonso VIII fija por medio de un privilegio en 1208 los límites de ambas con Toledo, Olmos y Alamín:
Aunque desde aquel momento se tiene constancia de la existencia de las aldeas de Pozuelo y Aravaca, así como de los caseríos de San Juan de Somosaguas y San Pedro de Meaque, estas últimas quedaron despobladas a raíz del conflicto fratricida entre Pedro I y Enrique de Trastámara.20​ Se cree también que una comunidad tuvo asentamiento anterior a aquellas en el Prado de Torrejón, en la zona entre la estación de Pozuelo y las instalaciones deportivas Carlos Ruiz, alrededor de una torre edificada en tiempos de la dominación musulmana. Sin embargo, la inexistencia de estudios arqueológicos del subsuelo previos a la edificación de dicho complejo impide confirmar de modo fehaciente dicho supuesto.

La primera denominación de Pozuelo de Aravaca es debida a la pertenencia al sexmo de Aravaca, unidad administrativa y tributaria gobernada por dicha población y perteneciente al alfoz o término del Concejo de la villa de Madrid. Dicho concejo ratificó en 1481 una ordenanza en la que se trataba de combatir la evasión de impuestos que «regidores, e caballeros e iglesias e monasterios» provocaban trasladándose «a tierra de Segovia e a otras partes», hecho que amenazaba una vez más con el despoblamiento de Pozuelo

Aunque Pozuelo se constituía en lugar realengo -jurisdicción real ordinaria-, el acceso a la corona de Felipe IV en 1621 propicia una serie de ventas que palíen la bancarrota de las arcas reales por los gastos de sus antecesores y permitan al rey entrante mantener a flote sus ejércitos de mar y tierra para sostener la expansión territorial. El 6 de mayo de 1625, el monarca recibe permiso para vender terrenos reales correspondientes a veinte mil vasallos,​ entre los que se encontraba Pozuelo de Aravaca.

El 21 de enero de 1629, Bartolomé Spínola, Factor General del reino, solicita la compra del lugar de Perales -actual Perales del Río- por 17 000 maravedíes por vecino,​ pero poco después, renuncia a dicha compra. Luis de Alarcón, que pertenecía al Consejo de Contaduría Mayor de Hacienda de su Majestad, aprovecha dicha situación para solicitar la subrogación de la deuda de Spínola por la compra de Perales, cambiándola por la aldea de Pozuelo de Aravaca. El 31 de enero de 1632 se aprueba la escritura de venta -por valor de 2454925 maravedíes-,​ por la que Gabriel de Ocaña y Alarcón, hijo del solicitante, se hace cargo de la aldea. Un año después, en 1633, Pozuelo se convierte en villa y los derechos de señorío se incorporan al mayorazgo familiar,​ lo que da al municipio su nombre definitivo como Pozuelo de Alarcón.
Húmera se encontrará en la misma situación años antes, el 19 de agosto de 1626, cuando el licenciado Melchor de Molina adquiere el lugar, que a finales del siglo XVII pasará a la casa de los condes de Clavijo.

Pueblo agrícola y ganadero desde sus orígenes, vinculado al abastecimiento a la vecina Madrid, Pozuelo de Alarcón inicia su transformación con el levantamiento de una casa-tenería fabricante de curtidos en el norte​ del término municipal. El 27 de julio de 1746, Juan Díaz de Quijano recibe una Real Cédula con aprobación de Fernando VI que permite al beneficiado iniciar una larga tradición fabril en la localidad.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII se recoge la presencia, durante largas temporadas de descanso, de Pedro Rodríguez de Campomanes en «esta villa, tranquila y próxima al mismo tiempo al bullicio de la Corte.» En dicha época, concretamente en el año 1785, se levanta en el Monte del Pilar -también conocido en su parte sur como Monte de Pozuelo- la fuente de la Escorzonera, atribuida a Ventura Rodríguez y hoy vallada en una de las fincas del monte y en estado de abandono.

l siglo XIX y la actividad legislativa de las Cortes de Cádiz traerán el fin de los señoríos, lo que a su vez provoca que a finales de siglo las villas de Pozuelo y Húmera se fusionen en el Pozuelo de Alarcón actual. Antes, en agosto de 1837, el pueblo fue escenario del llamado motín de Pozuelo,​ enclavado en las guerras carlistas y desencadenante de la caída del gobierno de José María Calatrava.
Las transformaciones socioeconómicas de Pozuelo comenzarán a intensificarse a mediados de siglo. Convertido en lugar de veraneo de la burguesía, corte y otras clases altas de Madrid, pasan por sus tierras el general Castaños, vencedor de la batalla de Bailén; o la baronesa de Eroles, propietaria de la Quinta de Somosaguas -luego traspasada a O'Donnell y al marqués de Larios-.​ Pero será a partir de 1861, con el establecimiento de la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España en el municipio con motivo de la finalización del tramo de ferrocarril entre Madrid y El Escorial, cuando se intensifica la aparición de colonias de segunda residencia y sus viviendas unifamiliares, conocidas como "hoteles".

Además de propiciar la creación de un barrio alrededor de la estación, conocido con dicho nombre, la afluencia de veraneantes trajo nuevos negocios, como el casino de la calle Doctor Cornago, o construcciones como el Mercado Municipal, levantado en 1882 en la actual plaza de la Coronación. Nuevas colonias, como la de la Paz,​ se establecen en el término municipal.

Debido a su escasa población y tras solicitar sin éxito en 1877 la anexión a Madrid, finalmente el 28 de junio de 1880​ el término municipal y ayuntamiento de Húmera fue suprimido, quedando agregado al de Pozuelo de Alarcón como barrio.

El primer tercio del siglo XX trae un segundo movimiento de establecimiento de colonias, como la de San José, en 1914; la de los Ángeles, al sur de los núcleos centrales, en 1926; o la Colonia de la Cabaña, al oeste, ese mismo año, y que se origina a partir del parcelamiento de la antigua Quinta del Carmen.

Sin embargo, la Guerra Civil devuelve durante décadas a Pozuelo de Alarcón a la situación de pobreza que había arrastrado en siglos anteriores. Situado en plena línea de fuego en el estabilizado Frente de Madrid, el pueblo es evacuado con enorme rapidez: los veraneantes regresaron a Madrid, mientras los habitantes de Pozuelo, sin apenas pertenencias, huían a la carrera a localidades como Miraflores o Navalafuente.

El término municipal es escenario de fuertes combates -entre ellos, la batalla de la Niebla- que tienen como resultado la devastación del municipio, sus campos y huertas o algunos edificios significativos como la antigua iglesia parroquial, construida en la segunda mitad del siglo XVI​ y en la que trabajaron artistas como Diego de Urbina o Francisco Giralte.
Finalizada la contienda, la situación de destrucción y abandono es tan grave que Pozuelo adquiere la condición de “Pueblo Adoptado”, un nivel de protección especial para aquellos pueblos que habían sufrido más la guerra. El Estado interviene en la reconstrucción de las calles del pueblo mediante la Dirección General de Regiones Devastadas. Grupos de viviendas, como el de Roberto Martín Holgado, o el propio Ayuntamiento, levantado en la plaza del Padre Vallet en 1951 y hoy reemplazado y reconstruido, son reflejo de dicha época.

La aprobación del Plan General del Área Metropolitana de Madrid en 1963 descarta definitivamente la anexión de Pozuelo al municipio de Madrid, contemplada hasta ese momento -Aravaca había pasado a formar parte del término de la capital en 1951-, y desata un crecimiento urbano y socioeconómico sin precedentes en la localidad.​ Rehabilitadas hasta ese momento algunas de sus actividades -manufacturas, industria de curtidos, agropecuarias-, el Plan sitúa a Pozuelo, como la mayoría de localidades al oeste de la capital, como área de esparcimiento y recreo, excluyendo la especialización industrial.
En los últimos años, Pozuelo ha pasado a ser reconocido como un municipio residencial de profesionales que trabajan en Madrid, con urbanización de calidad -Plan de Ampliación de la Casa de Campo, Avenida de Europa-. y parques empresariales -Ática, Ciudad de la Imagen, La Finca- que contribuyen a perfilar a Pozuelo como una ciudad de servicios.















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