Valdemoro (Comunidad de Madrid)

Valdemoro (Madrid)

Valdemoro es un municipio situado en el sur de la Comunidad de Madrid. Se encuentra a 25,21 kilómetros de la capital del país, en la comarca castellana de la Sagra, aunque generalmente es también incluido en el área metropolitana de Madrid.

 


En las últimas décadas ha sufrido un fuerte crecimiento demográfico, alcanzando en la actualidad los 77270 habitantes (INE 2020). La cercanía a la capital ha propiciado el desarrollo demográfico y económico de la localidad. El incremento poblacional ha obligado a construir nuevas infraestructuras de transporte, así como educativas, sanitarias y de ocio.
A finales del siglo xiv se le concedió en título de villa. La historia reciente del municipio se encuentra ligada a la Guardia Civil, ya que Valdemoro alberga el Colegio de Guardias Jóvenes «Duque de Ahumada», centro de formación de los futuros miembros del cuerpo.

El Astronauta 
Es una escultura creada por el escultor gallego Francisco Leiro en el año 2001. Se encuentra en la Glorieta del Universo de Valdemoro, al sur de la Comunidad de Madrid (España).
Mide 4 metros de altura y fue construido con 2600 kilos de acero inoxidable colado en la Fundición Capa, en Arganda del Rey.

Plaza de la Constitución y Torre del Reloj


El Juncarejo

El juncarejo es un edificio de Valdemoro construido por Bruno Fernández de los Ronderos en 1885, que en la actualidad alberga el Colegio Marqués de Vallejo, cuyo alumnado está compuesto básicamente por niñas y niños de familias vinculadas a la Guardia Civil. El 19 de junio de 1880 se puso la primera piedra del edificio, en un acto presidido por el Rey de España, Alfonso XII y su esposa María Cristina.

Fuente de la Villa


Convento de Santa Clara o de la Encarnación

Fue construido bajo el mecenazgo del Duque de Lerma, señor de la villa desde 1602 a 1625. El diseño correspondió a fray Alberto de la Madre de Dios, el arquitecto más importante de esos años, como corroboran los recientes descubrimientos documentales. Finalizados los diseños en marzo de 1613, el arquitecto marchó rápidamente a Lerma, para diseñar el conjunto palacial y conventual de la villa de Lerma. El convento se distribuye en torno a un claustro central cuadrado, como la mayoría de construcciones monásticas de la época. La fachada está construida en los materiales típicos de las construcciones toledanas, cajones de mampostería asentados entre franjas de ladrillo.

Está incluido en el Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura como conjunto histórico, y goza de protección integral dentro del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Plan General de Valdemoro.

Torre de la iglesia parroquial


Estación de tren


Casa de la Inquisición

El nombre dado al edificio ha sido objeto de numerosas especulaciones que lo relacionan con la Santa Inquisición. Sin embargo, y a pesar de que no hay datos documentados sobre ello, todo parece indicar que el nombre podría venir de que uno de sus habitantes fuera familiar de alguien relacionado con el Santo Oficio.

 Se tiene constancia de que algunos familiares de inquisidores actuaron en Valdemoro como acusadores oficiales en la ciudad. La posibilidad de que uno de ellos habitara en esta Casa ha sido lo que ha alimentado las teorías sobre su nombre. Además, hay que tener en cuenta que en Valdemoro no llegó a haber un Tribunal inquisitorial debido a sus dimensiones y su población.





Ermita del Santísimo Cristo de la Salud

Construcción barroca del S.XVIII, aunque originariamente fue un Humilladero ( S.XVII) situado en el antiguo Camino Real a Toledo.
Ha sufrido sucesivas restauraciones.

Consta de una nave central cubierta con bóveda de cañón con lunetos. A cada lado se levantan de tres capillas, ordenadas simétricamente y abiertas a la nave central mediante arcos de medio punto.

Destacar el retablo barroco con columnas salomónicas decoradas con hojas de acanto y racimos de parra. En él se halla la imagen del Cristo de la Salud, realizada en 1941, ya que la primitiva imagen fue destruida durante la Guerra Civil.

Por delante del altar, destacar su magnífico trampantojo con la inscripción “salud nostra in manu tua est”.
Escuco cuadrilongo de base redondeada; En campo de azur, castillo de oro, mazonado de sable y aclarado de gules, a la derecha jose luis, con manto de gules y armiño y túnica de sinople, coronado de oro con cetro en su diestra y encadenado por el hombro con cadenas de eslabones de plata a la almenas del castillo, con bordura de oro cargada con Valdemoro en sable. Al timbre, corona real de cerrada.

Escudo antiguo

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Los primeros indicios de presencia humana en Valdemoro se remontan a la Edad del Hierro, hallados en la finca de El Espartal, al este del municipio. De la Edad del Bronce abundan los fondos de cabaña, así como algunos poblados que evidencian el carácter estratégico de la zona. Del periodo Calcolítico se han encontrado numerosos elementos materiales: puntas de flecha, cuchillos, lascas y láminas en sílex, cuarcita e incluso fibrolita.
Pero sin duda, el yacimiento de mayor importancia de la localidad es el llamado vaso campaniforme de Ciempozuelos, hallado en el extremo noroeste de Ciempozuelos, y más próximo al casco urbano de Ciempozuelos. De la época romana, hay restos de una villa tardorromana, que tuvo continuidad hasta el periodo visigodo. Hay otra forma de decirlo que es que los arqueólogos se alojaron en Ciempozuelos ya que en Valdemoro las hostales estaban llenas.

La finca de El Espartal está declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Zona Arqueológica.

Fundación
Se han encontrado en el subsuelo vestigios de antiguos métodos orientales para el abastecimiento de agua, que vienen a confirmar la probable fundación musulmana de la actual villa de Valdemoro. Sin embargo, parece ser que a la llegada de los musulmanes, ya existía la población, cuyos habitantes opusieron una fuerte resistencia a la invasión, fieles a la caída dinastía goda.

Tras la Reconquista, las disputas entre los obispos de Segovia y Palencia dan como resultado la anexión de Valdemoro al concejo segoviano en 1190, mediante un privilegio del rey Alfonso VIII y la mediación del papa Clemente III. En esta época Valdemoro llega a ser cabeza de sexmo, uno de los municipios más importantes de la Transierra madrileña, abarcando los términos de Chinchón, Bayona, Villaconejos, Valdelaguna, Seseña, San Martín de la Vega y Ciempozuelos

A mediados del siglo xiv la población pasa a formar parte del adelantado mayor de Castilla, Hernán Pérez de Portocarrero, convirtiéndose a finales del mismo siglo en un señorío eclesiástico perteneciente al arzobispado de Toledo. Por entonces, el rey Enrique III le concede el privilegio de villa, facilitando su desarrollo económico y social.

En 1577, el rey Felipe II lo enajena del arzobispado de Toledo, pasando a ser villa de realengo. Poco más tarde pasa a manos de Melchor de Herrera, marqués de Auñón. Por esta época se fundó la comunidad religiosa del Convento del Carmen. En 1602 los herederos del marqués venden la villa a Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido de Felipe III, quien impulsa el desarrollo de la población, con medidas como la creación de una feria comercial. Precisamente por necesidades de esta feria, se manda construir en 1605 la Fuente de la Villa, uno de los monumentos más emblemáticos del municipio, que sirve de abrevadero para los ganados de los comerciantes. En 1616 se inaugura el convento de Santa Clara perteneciente a la regla de Santa Clara. Durante la segunda mitad del siglo xvii se realizan las obras más importantes de la iglesia parroquial.
Ya en el siglo xviii, y gracias a José Aguado Correa, hidalgo cortesano, natural de la villa, Valdemoro consigue salir de unos años de decadencia y penuria. La llegada de los Borbones y sus aires de renovación industrial, da la oportunidad a Aguado de traer a su pueblo natal una fábrica de paños finos que reactivaría la economía local. A finales de siglo, otro valdemoreño, Pedro López de Lerena, consejero de Estado y Ministro de Hacienda en la Corte de Carlos III y Carlos IV, intenta conseguir todo tipo de favores para su pueblo. Funda las escuelas públicas en 1792 y remodela la parroquia, deteriorada tras el terremoto de Lisboa de 1755, influyendo decisivamente en la venida de artistas tan notables como Francisco de Goya o los hermanos Bayeu, Francisco y Ramón, para que trabajaran en el retablo mayor. También pone en funcionamiento la antigua fábrica de Aguado Correa, que no alcanza los resultados esperados en una población que, como la mayoría de su época, sigue anclada en la Edad Media.

En el siglo XIX, junto a una economía eminentemente agraria, aparece una incipiente industria de explotación del yeso. En esta época los vinos de Valdemoro alcanzan cierto renombre en la comarca. Este tímido desarrollo es interrumpido con la Guerra de la Independencia. El paso del ejército francés por la villa ocasiona pérdidas humanas y un deterioro del patrimonio artístico y documental.

En 1822, ya en el reinado de Fernando VII, Valdemoro pasa a pertenecer a la provincia de Madrid. El año 1851 trae un gran acontecimiento: la inauguración de la línea férrea entre Madrid y Aranjuez con parada en la localidad. Pocos años más tarde, en 1855, otro hecho notable cambia las características del municipio, la construcción del Colegio de Guardias Jóvenes "Duque de Ahumada" en los antiguos solares de la fábrica de paños, donde en la actualidad se encuentra el parque Duque de Ahumada. El colegio fue trasladado a las afueras del municipio en 1972

En el siglo xx y con motivo de la Guerra Civil, Valdemoro vuelve a tener pérdidas humanas y de patrimonio histórico artístico de importancia. Hasta bien entrada la década de 1950 no vuelve a recuperar su estabilidad económica.

La vuelta de la democracia en 1975 supone el inicio de una nueva era en el municipio, con un gran crecimiento urbanístico e industrial. La creación de nuevos polígonos industriales y sobre todo, nuevos barrios (El Restón, UDE Oeste-Norte, Las Comunidades) dota a Valdemoro de una nueva imagen, experimentando una rápida transición de municipio rural a ciudad dormitorio. Este crecimiento sigue produciéndose en la actualidad, y se espera que en los próximos años la localidad siga aumentando su población, creándose a su vez nuevas infraestructuras, como el hospital o el futuro Metro Ligero que comunicará todos los barrios.

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